Friday, October 8, 2010

Están todos bien

La trayectoria de Robert DeNiro ha hecho que cualquier proyecto al que decida incorporarse tome notoriedad. Una sólida carrera, laureada por la Academia, respetada por la crítica y alabada por la audiencia. Aunque últimamente ha experimentado con comedias como Analízame y La Familia de Mi Novia, es en el drama donde vemos el verdadero carisma de esta verdadera leyenda viviente del cine.
Frank Goode es un jubilado que recientemente perdió a su esposa. Para el verano prepara la casa para reunir a sus cuatro hijos. Pero cuando los cuatro cancelan al último momento, Frank decide ir a sorprenderlos apareciendo de pronto frente a sus puertas. El doctor le prohíbe abordar aviones debido a su condición de salud, pero Frank siempre parte, aunque en trenes y buses. Intercalando sus encuentros, vemos como los hijos hablan a sus espaldas para prevenir se entere de lo que realmente pasa en sus vidas.
Robert DeNiro se mete en el papel del padre exigente que quiso grandes éxitos para sus hijos. Drew Barrymore, Sam Rockwell y Kate Beckinsale interpretan a sus hijos, hay un cuarto hijo, el mayor que es el centro de atención durante toda la cinta, pero que solo aparece en una escena cerca del final.
Kirk Jones, que dirigió Nanny McPhee, nos presenta aquí una historia con mucho corazón. Vemos como el destino del padre que se dedicó a trabajar dejando a su esposa la comunicación con sus hijos. Al morir ella, comienza un camino de redescubrimiento y, por qué no, de redención.
Es una cinta sin efectos especiales, sin peleas o escenas de acción, pero con mucha intensidad y con un buen mensaje final.
Trivia: Sam Rockwell y Drew Barrymore compartieron créditos en Ángeles de Charlie (2000). Ahí eran enemigos, y aquí, interpretando hermanos, muestran un tipo diferente de rivalidad.

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Publicado 07/Octubre/2010
Suplemento Q’Hubo
Diario La Prensa, Honduras

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