Monday, August 10, 2015

Setenta años de la era atómica


Han pasado setenta años. El seis de agosto una bomba apodada “Little Boy” destruyó cerca de ocho kilómetros a la redonda en la ciudad japonesa de Hiroshima. Tres días después, la segunda explosión, esta vez causada por “Fat Man,” destruyó una buena porción de Nagasaki. Se calcula que murieron entre 150 y 200 mil personas por causa directa de la explosión. Muchos más perecieron luego a causa de envenenamiento por radiación, quemaduras y otras enfermedades.
Alemania firmó su rendición a mediados de Mayo de 1945 con la llegada de los soviéticos a Berlín. Sin embargo, la guerra en el pacífico continuaba. Las fuerzas aliadas le dieron un ultimátum en lo que se conoce como la Declaración de Postdam donde se le pide a Japón su rendición, pero el orgulloso país no lo aceptó. El entonces presidente de Estados Unidos, Harry S. Truman, ordenó el uso de la nueva tecnología para conseguir la victoria.
El ahora famoso Proyecto Manhattan cumplió su objetivo desarrollando en paralelo dos tipos de fusión nuclear para las bombas. Little Boy hecha a base Uranio, mientras que Fat Man fue a base de Plutonio. La primera prueba de detonación nuclear fue el 15 de Julio de 1945 en el desierto de Nuevo México.
Un bombardero B-29 apodado Enola Gay despegó desde Tinian, una de Islas Marianas en el Pacífico y voló durante seis horas hasta llegar a Nagasaki. La ciudad era un objetivo estratégico debido a su base militar desde donde se comandaban las defensas al sur de Japón. Tras recibir informes sobre la destrucción, el Emperador Hirohito se reusó a rendirse, aconsejado por estudios que asumían EUA no tendría gran cantidad de esas nuevas bombas y Japón podría resistirlas para luego continuar la guerra. Esto provocó el segundo bombardeo, esta vez en Nagasaki. Para el 12 de agosto el Emperador anunció la rendición.
En su discurso anunciando el final del conflicto con Japón Harry S. Truman dice: “Los pensamientos y esperanzas de toda América, en realidad de todo el mundo civilizado, están puestos esta noche en el Acorazado Missouri. Ahí, en ese pequeño trozo de suelo estadounidense, anclado en la Bahía de Tokio, los japoneses han rendido oficialmente sus armas. Ellos han firmado los Términos de la Rendición Incondicional. Cuatro años atrás, los pensamientos y temores de todo el mundo civilizado fueron puestos en otro pedazo de tierra estadounidense: Pearl Harbor. El manifiesto de la civilización que ahí comenzó ha sido ya puesto en reposo. Fue un camino largo y sangriento a Tokio. No olvidaremos a Pearl Harbor. Los militares japoneses no olvidarán al USS Missouri. Los actos demoníacos hechos por el "dios japonés de la guerra" no serán nunca reparados ni olvidados. El poder para matar y destruir les ha sido quitado. Su ejército y lo que queda de su armada están ahora impotentes. A todo eso surge primero nuestra sensación de gratitud a Dios Todopoderoso."
Hasta el momento, Estados Unidos ha sido la única nación del mundo en haber utilizado armamento nuclear en un combate. En contraparte, Japón ha sido el único país en sufrir sus consecuencias.
Desde entonces la decisión ha sido objeto de debate. Hay quienes asemejan la incursión como un crimen de guerra, otros la defienden como un mal necesario. Algunos han sugerido que una explosión en la Bahía de Tokio habría causado el efecto deseado en los japoneses sin dejar tantas víctimas. La historia no puede reescribirse, solo puede ser juzgada.


Publicado en Diario Tiempo el 8 de agosto de 2015

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