Saturday, August 15, 2015

Las bibliotecas y la Plaza de la Cultura

Cuando comencé a leer novelas como forma de entretenimiento y no por tareas, fue un profesor quien me recomendó visitar la pequeña biblioteca del colegio donde podría leer varios libros, y sin tener que comprarlos. Uno de los primeros fue “El tren de las 4:50.” Una novela de Agatha Christie publicada en 1957, pero que yo encontré en la biblioteca cerca de treinta años más tarde. Las bibliotecas en otros países ya cuentan con tecnología de punta que les permite prestar incluso libros en formatos electrónicos.

Aunque muchos lo desconocen, en San Pedro Sula funcionan varias bibliotecas: La Benjamin Franklin del Centro Cultural Sampedrano, en el Museo de Antropología e Historia, también las universidades se han preocupado por dedicar espacio a los libros. ¿Qué tienen en común estas bibliotecas aparte de bajos presupuestos? Pues tienen el amor al conocimiento, a compartir la información. En las historias antiguas, las personas visitaban lugares o personas especiales para adquirir conocimiento, ahora los bibliotecarios cubren esa función.

Uno de los proyectos emblemáticos de la Plaza de la Cultura en S.P.S. es precisamente la construcción y montaje de una biblioteca pública que sirva a las escuelas de los alrededores. ¿Dónde? Pues en el ala sur del antiguo edificio del colegio JTR, aunque las nuevas generaciones lo conocen como el antiguo local del INTAE.

Mi amiga Alejandra Vaquero trabaja con los Rotarios en el proyecto de la Plaza de la Cultura, y cuando le pregunté su opinión sobre la importancia de una biblioteca en la ciudad esto fue lo que me contestó: “Justo hace unas semanas una amiga que vive en Australia me recomendó un libro. Yo le dije que lo había investigado y que me llamaba la atención pero tendría que comprarlo en internet.

Ella me preguntó que porqué no iba a la biblioteca de mi ciudad y lo buscaba ahí, que así fue como ella lo leyó. Entonces le dije que en toda Honduras no existía una biblioteca a la altura de nuestra época. Ella me respondió que se sentiría muy triste y encarcelada si no tuviera la libertad de buscar la información que necesitaba. Una vez más me sentí convencida de la importancia de la Plaza de la Cultura.” Su dedicación es admirable, y contagiosa.
La biblioteca de la Plaza de la Cultura contará con libros nuevos, más de cien computadoras para uso en investigaciones, área de lectura, así como planes para inducir el buen hábito de la lectura.

Muchos aseguran que la vigencia o relevancia de una biblioteca ha pasado de moda pues ahora el conocimiento está al alcance de la mano. Solo basta un par de clicks y su motor de búsqueda de internet favorito le dará un sin número de respuestas.

Sin embargo, no todo lo que está en internet es cierto. Wikipedia es una herramienta formidable para búsquedas de referencia sencillas, sin embargo, al ser de tipo abierto significa que cualquier persona puede editar y modificar la información ahí contenida. Los blogs son también fuentes de referencia pero recordemos que no son más que la opinión de su autor. Hay razones de credibilidad por las cuales algunas universidades y otras instituciones educativas no aceptan Wikipedia en las bibliografías de los trabajos que presentan sus estudiantes.

En conclusión, hay una máxima popular en el Facebook que Google  puede mostrar más de mil respuestas, pero solo un bibliotecario te puede mostrar la correcta.

Publicado en Diario Tiempo el 14 de agosto de 2015

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