Thursday, July 9, 2015

Finalmente leí el Quijote

Ya tengo cierto tiempo haciéndome pasar por autor, aceptando invitaciones y dando conferencias sobre novelas, y hasta cómo publicar en Amazon. Y digo “haciéndome pasar” porque tenía un secreto, un gran cargo de conciencia: no había leído Don Quijote de la Mancha. Por supuesto nunca mentí al respecto, pero era gracioso ver la creatividad empleada para evadir contestar la pregunta que siempre, tarde o temprano, venía. No hay excusas para ser escritor de habla hispana y no haber leído El Quijote.

En varias ocasiones intenté comenzar. La primera vez llegué hasta la venta en la primera salida. La más reciente llegué hasta el ataque a los molinos. Eso fue hace unos cinco años. Mi problema era con el lenguaje arcaico, y más importante, no lograba mantener mi atención.

Desde entonces no había hecho nada más que sonreír y asentir con la cabeza en conversaciones sobre la novela. Siendo un aficionado a los datos triviales me defendía sacando a colación curiosidades como la muerte de Cervantes en la misma fecha de Shakespeare -23 de Abril- pero en diferente día debido a las diferencias en los calendarios Gregoriano y Juliano vigentes en aquel momento en Inglaterra y España. O el comentario sobre el estudioso del Quijote y amigo Julio Ustariz quien viajó a España para investigar el pueblo del cual era originario Don Quijote y de cómo al preguntarle a un nativo del Toboso este le contestó: “No lo sabemos ni nos interesa mucho conocerlo, pues el Toboso, sin disputa alguna, tiene a Dulcinea.”

Publicada en 1605, la novela El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra es considerada la mejor novela del idioma español y siempre aparece en las listas de títulos mundiales inclusive en otros idiomas. Dicen fue la favorita de Mark Twain. Influyó en las obras de Herman Melville y de Charles Dickens. Hasta afirman que William Faulkner la leía cada año.

Todos los años en el marco de la celebración del Día del Idioma se acostumbra dar lectura continua a la novela en el parque central. El pasado mes de abril durante un evento en la Plaza de la Cultura el también experto historiador y asiduo lector del Quijote Armando García dio una improvisada cátedra sobre la novela, sus orígenes, cierta simbología presente, alusiones a otras, y en fin, un gran número de elementos llamaron mi atención. El mayor de ellos fue comprender que la novela era una comedia alegórica y no un tratado serio de esos que también se les llaman aburridos.

Leer la novela bajo una óptica diferente fue todo lo necesario para, a riesgo de horrorizar a Cervantes, digamos “cambiarme el ship” y no sentir la historia aburrida. Esta vez fue diferente y logré llegar hasta el final. Comencé en Abril, y me puse de meta leer un capítulo diario como mínimo. En menos de un mes había concluido los cincuenta y dos que conforman la novela.

Aclaro que solo terminé la primera parte, El Ingenioso Hidalgo, y falta terminar El Ingenioso Caballero donde narra la tercera salida. Pero si el estimado Cervantes tardó más de diez años en publicar la continuación, bien puedo tomarme un mes más en comenzar su lectura.

Publicado en Diario Tiempo el 03/junio/2015
http://tiempo.hn/editorial/otras-opiniones/item/38540-finalmente-lei-el-quijote

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