Friday, August 26, 2011

CriticArte Septiembre: Edgargo Villalobos

El actor y director de teatro, Edgardo Villalobos será el invitado el 7 de Septiembre. 7:00 PM Galería Permanente Centro Cultural Sampedrano. Los Esperamos!


Monday, August 8, 2011

Diez Negritos

La semana pasada comenzé a leer, por primera vez, la épica novela "Lo Que El Viento Se Llevó," original de 1936!
Me llamó la atención el lenguaje de los primeros capítulos, en especial al referirse a las personas de color. Le hice este comentario al amigo Billy Peña, y a manera de respuesta, su columna del sábado fue un cátedra completa sobre el racismo, tanto en EUA, como a nivel mundial.
Disfruté mucho la columna, y por eso los invito a leerla:

Diez Negritos

En el Kínder de la entonces Escuela Americana en La Lima, cuando pertenecía a la United Fruit Company, nos enseñaban a sumar y a restar cantando una cancioncilla llamada Diez Negritos…”Ten Little Niggers”. Les hablo de 1948-49. El racismo y la discriminación eran aceptables…a los negros aún podría llamárselos “niggers”, cosa que ahora, en el año 2011, sería imposible…no son negritos, son niños, no son negritas, son niñas, sin embargo, hace años, el racismo era cosa aceptaba. La Escuela Americana no admitía negros, ellos tenían la suya.

Mi tío, Roberto Ferrera, cursó sus estudios primarios y secundarios en Túpelo, Mississippi, en el profundo Sur a inicios de la década de los años 30 y el racismo era brutal, nos contaba que a los negros se los trataba como animales, los blancos se olvidaron de que Abraham Lincoln los había liberado en 1863, aunque firmó el Acta de Emancipación un año antes, en 1862. Los negros sufrieron hasta 1964 cuando el presidente Lyndon Baines Johnson firmó la legislación de los Derechos Civiles, movimiento por el que luchó y murió el Reverendo Martin Luther King, Jr. y otros muchos. Pero en los países del trópico español el racismo y la discriminación ha durado por muchos años, ya que aún vemos de menos a los negros y a otras razas. Acostumbramos decir negritos, turquitos y chinitos. En parte la culpa la tienen los compositores que han escrito canciones donde retratan a los negros como haraganes y amantes únicamente del baile y el tamboreo…”A mi me llaman el negrito del batey, pues para mí el trabajo es un enemigo…” ¿Recuerdan esa vieja canción? Es racista…y todavía hay quienes la bailen y la disfruten. Tenemos corazones tan endurecidos como las piedras,

Pero el racismo es universal. El odio a los judíos fue grande, salió de la tiniebla, de la nada. Los judíos eran trabajadores, económicos, es decir, cuidaban de su dinero y, además eran cultos. No le parecieron a Adolfo Hitler, el Führer alemán no concebía cómo conseguían alcanzar prosperidad los judíos mientras el pueblo alemán padecía escasez después de la Primera Guerra Mundial…no pudo soportarlo y los persiguió hasta exterminarlos y no venga nadie a decirme que la Kristallnacht y el Holocausto no existieron porque tendría que calificarlos de cínicos y mentirosos. El odio enfermizo de Hitler se extendió hasta los Estados Unidos. En Estados Unidos no ven con bonitos ojos a los judíos. Recuerdo que hace ya muchos años todos los taxistas en la ciudad de Nueva York, eran blancos, gringos, anglos. Ya no. Ahora son indios, árabes, latinoamericanos, griegos y negros y a todos se los ve de menos. En Estados Unidos los lavaplatos, los meseros, las camareras, los trabajadores del campo, etc., son extranjeros, y por extranjeros se los discrimina. Es algo en verdad insólito. El racismo y la discriminación están vivitos y coleando tanto en Estados Unidos como en Europa. Aquí es donde abrimos la boca maravillados por un gringo, un “turco” o un judío, creyéndolos seres superiores, sin embargo, en Francia detestan a los árabes, a tal grado que la que fuera estrella del cine francés, Brigitte Bardot amenaza con abandonar su amado París por el gran número de árabes que se ha establecido en la Ciudad Luz, ella no resiste esa situación.

Resulta curioso que en Estados Unidos, donde hubo esclavos durante siglos, se acepten los que llegaron como esclavos a trabajar en las grandes plantaciones y a ser vendidos y comprados, como animales, estén ahora convertidos en astros del cine y la televisión. El matrimonio interracial es cosa aceptable…imagino que los sureños del siglo XIX se darán vuelta en sus tumbas sin poder descansar en paz. Pero ahora todo ha cambiado. Ya no se permite que se les diga “niggers”, convertida esa palabra en una ofensa. Tampoco se les puede decir “blacks”, ahora lo aceptado es llamarlos afro-americans. Y a los pobres árabes los llaman “sand-niggers”, cosa que no me parece correcta pues los libaneses, los turcos y otras razas árabes son personas bien parecidas.

Ahora hablemos de la cognición. Debemos saber conocer que un hombre puede ser rico, pobre, alto, flaco, bajo, gordo, culto e inculto, letrado o analfabeto, negro, blanco o amarillo, pero es una persona y es a la persona a la que deberíamos respetar y, de ser posible, ayudarla si necesita ayuda, ser amable con todos porque son personas. Un loco encerrado en un asilo no deja de ser persona, ni deja de tener dignidad y, como tal, se merece todo nuestro respeto. Esa es la cognición de la que escribió el Papa Juan Pablo II. Conocer, saber, que los hombres y las mujeres, ricos, pobres, negros, blancos, amarillos, educados o ignorantes son iguales por su dignidad humana. El chino no es mejor que el israelí, ni los estadounidenses mejores a los sudafricanos…recordemos la palabra, cognición. Es una palabra importantísima y no tiene perdón todo aquel que no la conozca…o no quiera comprenderla. El racismo es odioso pero la cognición es humana y hermosa.

Publicada en Diario Tiempo: Agosto 6, 2011.

Enlace al original: AQUI