El Círculo
Teatral Sampedrano está de fiesta, celebra cuarenta y cinco años de brindar
espectáculos de calidad y entretenimiento sano a la ciudad. Y claro, qué mejor
manera de festejar que montando una obra cuya trama gira alrededor de una
familia de grandes actrices de teatro. En este caso, la palabra “apropiada”
queda corta
Quiso la
casualidad que la novela que estoy leyendo es Salem’s Lot de Stephen King, y
que justo tiene de protagonista a un escritor lo que me hizo identificarme mucho
con el personaje. Esto me llevó a pensar en la identificación del público con
la trama de esta obra.
Los
personajes principales, miembros de la Familia Cavendish, la comprenden tres generaciones
de actrices. La matriarca en el ocaso de su carrera, la hija en la cima de la
suya, y los inicios de la nieta, aparte de un hermano renegado en la meca del
cine en Hollywood, más otro que se considera mejor de es. Es en parte una
sátira a la vida tras bambalinas, pero a su vez, es una radiografía de ese
sub-mundo. Se exponen temas como el sacrificio que los familiares deben hacer
al convivir con ellos. Aunque nunca he participado en alguna obra del CTS, mi
madre, Waldina Bográn, ha actuado en dieciséis, lo que me hizo identificarme
con ciertas situaciones. Imagino que lo mismo sentirá mi hermana, porque ella
ya cayó en la tentación de las tablas e hizo su debut el año pasado. Yo me he
resistido con estoico heroísmo y me he dedicado a escribir novelas y guiones de
cine y televisión; así que las bromas del primer acto a expensas de un autor hicieron
eco.
Hubo
actuaciones memorables, pero también hubo otras que estoy seguro mejorarán a
medida transcurran las funciones. Ese es el ritmo del teatro, pues con la
repetición, viene una mejor actuación. Por esta razón siempre veo las obras al
menos dos veces, la primera recién estrenada y la siguiente en las últimas
semanas.
La Familia
Real es una obra complicada, si bien solo es una escenografía, hay ambientación
y trajes de época, tiene muchos personajes, diálogos extensos, y hasta se
requieren animales vivos sobre el escenario. Su montaje es ambicioso, sin
embargo, es el tipo de retos que el director José Francisco Saybe ha realizado
antes. Ya nos tiene acostumbrados luego de haber visto Detrás del Telón,
Orgullo y Prejuicio, o La Dama de las Camelias.
La obra fue
escrita hace cien años, pero sus argumentos son vigentes hasta nuestros días,
como reafirmando el viejo adagio que entre más cambian las cosas, más siguen
iguales. Si bien es una obra para todo público, considero que la disfrutaran
más los teatristas.