Asistí a ver la nueva obra del Circulo Teatral Sampedrano durante
su primera semana, y pienso asistir nuevamente este sábado, pero antes quise
compartir con ustedes unos comentarios sobre la obra.
La obra original de Alfonso Paso ha sido bien recibida por
el público que sale del Teatro Saybe satisfecho de haber reído a carcajadas
olvidando así, aunque sea temporalmente, los diarios problemas que nos aquejan.
El primer comentario, que considero fue el génesis de esta
producción, es para los directores Miguel Yanez y David Martínez Granillo. Felicito
su valentía y aprecio el hecho que el CTS brinde oportunidades a nuevos valores
en el área tras bambalinas. Estos jóvenes fueron los que el año anterior nos
trajeron “Hasta que la muerte…¿nos separe?” que también sirvió de escapismo y
comicidad.
Un elenco de categoría que junta talentos de experiencia
como Héctor Cardona o Víctor Canales, con otros descubiertos recientemente como
Kenberlyn Downs y Tatiana Urteaga. Completan el reparto Gerardo Mejía, Karla
Alejandra Gonzales, Sebastián Valladares, José Enrique Vallecillo y Ricardo
Vallecillo.
La trama transcurre en un apartamento cerca de la Navidad,
donde una esposa que acostumbra mentir, o mejor digamos que cuenta versiones
exageradas de su vida para cubrir su aburrida realidad, realiza una promesa a
su esposo y no mentir más. Típico, este es el comienzo para una espiral de enredos
y problemas letales que no le dejan más opción que esconder sus problemas bajo
el sofá.
Buenas actuaciones, muy buen escenario, y una trama que no aburre en ningún momento de sus tres actos.
Algunos se preguntarán si vale la pena ver una obra de
teatro más de una vez. El cine y televisión son un producto grabado y que cada
vez que presione el botón de “play” verá exactamente la misma actuación, buena
o mala. Sin embargo, el teatro es en vivo, y cada noche de presentación es
diferente. En lo personal prefiero ver las obras recién estrenadas, y
nuevamente ya pasadas algunas semanas.
También está el factor inesperado, una entrada fuera de
tiempo, un error de escena. Incluso el público hace una diferencia, pues lo que
unas noches puede pasar desapercibido, la noche siguiente puede ser el chiste
que más risas sacó del público. Así que en resumen, no se preocupe si ya vio la
obra, y vuelva a verla. Le garantizo que la disfrutará como nueva.
Trivia: El título de la obra me causó gracias pues desde
hace algún tiempo la firma al final de mis correos tiene una leyenda que dice “Jamás
digo mentiras, solo las escribo.”